Biografía
“Si la vida te da mil razones para llorar, demuéstrale que tienes mil y una razón para sonreír”… Basta con leer esta frase para saber y entender como es.
Su ley de vida es buscar siempre el lado bueno a todo lo que ocurre y sonreír aún cuando la tormenta toque su puerta. Su nombre es Doris Katiusca Guzmán Rosario, sus seres queridos la llaman: Do, Katiu o tan solo Doris.
Se considera una persona bastante optimista y sobre todo luchadora, valora mucho la amistad y el amor, y como todo ser humano tiene sus virtudes y sus defectos. Cada paso de “éxito” en su vida es porque tiene de inspiración a los mejores modelos del mundo: suss padres, Ing. Eladio Guzmán y Dra. Francis Rosario. Por qué paso de “éxito” porque con ellos comprendió que hasta caer se convierte en un bien cuando te levantas con más fuerzas para llegar.
Nació el día 15 de septiembre del año 1989 en Santo Domingo, República Dominicana. Es la menor de tres hermanos. En la actualidad reside en la zona oriental, específicamente en el sector Invivienda, con su familia. Desde muy pequeña mostró inclinación por el mundo de las artes escénicas y por esto asistió a clases de: ballet clásico, teatro y actuación, modelaje, etiqueta y protocolo, locución, maestrías de ceremonias, entre otros.
Terminó mis estudios secundarios en el Colegio “Mi Colegio” graduándose con honores de Bachillerato Modalidad General. Actualmente curso el quinto semestre de Licenciatura en Comunicación Social Mención Periodismo en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Con su carrera pretende marcar la diferencia en la vida de muchas personas, llevándoles hasta sus hogares una buena dosis de conocimiento, y sobre todo una dosis de color en sus vidas. Al finalizar esta Licenciatura planea hacer una maestría en el extranjero en producción de televisión.
Pasos de vida que merecen distinción.
“Sin la mujer, la vida es pura prosa” expresó el reconocido escritor Rubén Darío explicando el sentido y magnitud en que la vida para serlo necesita de la mujer, ya que ésta la poesía del diario vivir, es el arte mismo en persona. Por esto la Facultad de Artes de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) se vistió de gala el pasado martes 13 de abril para celebrar un enaltecedor acto honrando a siete mujeres que por sus labores artísticas y culturales son la viva expresión del arte.
Honrar a quienes día a día colocan nuestro país en alto con sus diferentes trabajos y trayectorias es una manera positiva de impulsar la cultura y el desarrollo de nuestro país. Los logros y éxitos de siete distinguidas mujeres fueron premiados tomando en cuenta sus aportes al ámbito artístico y cultural de nuestra República.
El evento “Mujer es Arte”, llevado a cabo anualmente por la Facultad de Artes, contó con la presencia del distinguido rector de la misma alta casa de estudios Dr. Franklin García Fermín, de los vicerrectores, decanos y directores de las distintas facultades de la Universidad, de profesores, así como también de familiares y acompañantes de las homenajeadas, prensa y estudiantes.
Con una maestría de voz en off fueron presentadas cada una de las galardonadas, quienes eran recibidas por el rector Dr. Fermín y la decana de la Facultad de Artes María del Pilar Domingo para entregarles su título “Mujer es Arte 2010” y una estatuilla.
La primera mujer homenajeada fue la destacada artista Sara Hermann, quien recibió su galardonado por sus aportes a la crítica e historia del arte, luego por su destacada labor en el arte dominicano Venancia Grandgerard fue la segunda en recibir el titulo. En el campo del arte dramático fue reconocida la distinguida artista Lucía Castillo, quien agradeció con unas hermosa declamación que encantó a todos los allí presentes. Solangel Pereyra fue homenajeada también con el título “Mujer es arte 2010” por su trayectoria en el ámbito musical, de igual manera Socorro Castellanos fue merecedora de un reconocimiento por sus aportes en los medios de comunicación.
Josefina Cruceta, distinguida diseñadora artesanal, creadora de la “muñeca sin rostro” que ha viajado a través de todo el mundo, fue homenajeada en el evento por su destacada labor en el campo artístico dominicano. Por último pero no menos importante, Elsa Nuñez fue galardonada por sus aportes en las artes plásticas dominicanas.
La Orquesta de la Facultad de Artes estuvo amenizando durante toda la noche el evento, interpretando admirables presentaciones musicales. El acto culminó con distintas presentaciones tanto individuales como en conjunto que hicieron a los presentes transportarse por completo a un mundo mágico musical.
Peripecias que nunca se olvidan.
Una vez más han llegado las vacaciones tan mencionadas, aquellas que en el colegio nos parecían eternas pero en la actualidad con la universidad y el trabajo se nos convierten en tan solo un fin de semana. La “Semana Santa” es un tiempo de reflexión y acercamiento a nuestro señor, pero sin duda alguna es también un tiempo lleno de tradiciones dominicanas. Era la primera vez que mi familia y yo nos quedábamos en Santo Domingo durante estos días de descanso, ya que en las semanas anteriores viajamos hacia otros pueblos del interior. Me levanté aquél sábado en la mañana por el estruendo que se escuchaba en la sala de mi casa, sabía de qué se trataba así que me apresuré a tomar un baño para bajar y formar parte de tan especial acontecimiento. Al bajar las escaleras el primer rostro que distinguí fue el de aquella tía tan adorada, la cual tenía alrededor de 5 años sin ver. Su bella cabellera rubia y su esbelto cuerpo me dieron la impresión de que nunca se había marchado, estaba igual o quizás hasta más linda y joven que cuando nos dejamos de ver por motivos de su viaje a Italia.
Luego de varias horas de besos, abrazos y de anécdotas que recorrían desde cuando mis padres eran niños hasta mis 20 años presentes, nos dirigimos hacia uno de nuestros amados patrimonios dominicanos, la playa Boca Chica. Mi tía ansiaba mostrarle esta playa a su esposo italiano, porque siempre le hablaba de ella y se la mostraba por fotografías.
Con el baúl cargado de picaderitas, bebidas y uno que otros bultos de ropa rápidamente tomamos camino hacia la playa antes mencionada. Las liricas “Chequea como se menea” del Sujeto ponían a mi tía a bailar y a moverse de un lado para otro, mientras su esposo acercaba su oreja a las bocinas del vehículo buscando entender lo que éste decía. Al final, sin entender, terminó tratando de bailar aquel ritmo. Llegamos al fin a nuestro destino, allí pasamos una tarde súper agradable poniendo al tanto a mi tía sobre todo lo que aconteció en su país mientras ella no estaba.
Alrededor de las 6 de la tarde tomamos el camino de regreso a casa, yo estaba bastante apurada por llegar pues tres horas más tarde tenía que asistir al cumpleaños de mi cuñado. A las 9:30 pm mi novio, mis amigos y mis primos nos dimos cita en el Club Libanés Sirio Palestino, donde fuimos testigos de una fiesta “Hawaiana”. Con el slogan “Hasta que salga el sol” y la vestimenta de todos los allí presentes realmente se sentía que ya no nos encontrábamos en territorio dominicano.
Mi madre se fue de viaje hacia Orlando, Miami, el Miércoles Santo, por lo que la nostalgia invadió mi corazón, a pesar de que solo seria por unos días. Desde el momento que le dije adiós en el aeropuerto supe que lo que quedaba de la Semana Santa no sería disfrutada como antes. El viernes Santo era el día en el que siempre nos montábamos en el vehículo, echábamos gasolina y tomábamos carretera. Casi siempre con rumbo hacia algunos de nuestros pueblos sin tener un destino final más que aquel en el que nos encontrábamos cuando el sol descansaba.
Al igual que los pasados Viernes Santo, éste también nos montamos en el vehículo, echamos gasolina pero la única carretera que tomamos fue la Carretera Mella de la Zona Oriental. Nos dirigimos hacia la piscina del Club de los Médicos, donde disfrutamos de un día maravilloso. Allí nos dimos cita mis primos, amigos y otros familiares.
Para culminar el break de Semana Santa, el domingo en la tarde nos reunimos en la casa de mi novio, donde pasamos una tarde estupenda. Estábamos presentes todos los que habíamos ido a la piscina con anterioridad, así que como tradición dominicana se armó un ‘corito’ con juego de dominó, películas, pastas, entre otras cosas. Algo que extrañé en esta Semana Santa, fueron las típicas “Habichuelas con Dulce” pues como es mi madre que siempre la hace y esta se encontraba de viaje, no nos quedó de otra que desacostumbrarnos a esa costumbre tan amada, aunque sea por esta semana.
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